Hace un tiempo escribía que cada historia tiene un final, y eso sigue siendo así.
Pero cuando te encuentras con personas que no son capaces de agarrar el toro por los cuernos y decir las cosas a la cara, y se esconden en móviles, mensajes, chats y demás sucedáneos, hace que te hierva la sangre.
Y la cuestión no es que decía el mensaje, sino por la forma de decirlo. En estos casos es tan importante que el qué se dice, como el cómo se dice. Hay que tener la suficiente valentía para decir las cosas de frente, si la decisión que se ha tomado es la correcta para uno.
Entrar ya en la motivación para cortar una relación sin conocerla de ante mano es casi entrar en ese mundo cercano a la adivinación, pero por suerte o por desgracia uno sigue conservando su "radar" para las situaciones extrañas medio operativo, y ayer volvió a funcionar, y hoy se confirmaron las sospechas.
Dicen que las mentiras son cojas, o dicho de manera parecida, que se pilla antes a un mentiroso que han cojo, cuando mentir es algo tan sencillo, sólo se tiene uno que acordar de las mentiras que dice. O lo que es lo mismo, hay que tener buena memoria para saber que se dice, y a quien se dice.
Pero las prisas, la emoción o incluso la excitación hace que se nos nuble la mente y olvidemos lo que decimos, y no prestemos la atención debida a las mentiras que decimos.
Por otro lado, dicen que el hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra, y puedo dar fe de ello.
Dar todo lo que tiene uno, sin esperar nada a cambio es lo habitual cuando se pretende construir una relación. Pero cuando estos que se pretende de construir te lo derriban todos los días con las excusas más peregrinas, pues que voy a decir, quema, y además mucho.
Hace tiempo hablamos de la valentía de dejar una relación para empezar otra, arriesgándose, y la paradoja es que ambos estábamos de acuerdo de ello. Pero mi intuición me dice que lo que han hecho es jugar conmigo mientras surgía algo con alguien, que obviamente no soy yo. Y quiero remarcar que es sólo intuición, no tengo las pruebas precisas para afirmarlo.
Ese viaje para pensar, ¿era acaso una prueba con alguien que no cuajó? Esa respuesta sólo la tienes tú, y no sé si algún día lo compartirás conmigo.
Las dudas empiezan a tener su explicación. Los cambios de opinión continuos o inmediatos, también. Todo esto parecía el paso de peregrino, uno hacia adelante y tres hacia atrás. Pero esto de hoy ha sido "vaya directamente a la cárcel sin pasar por la casilla de salida", y sinceramente, no creo que me lo merezca.
Jugar con otras personas no está bien, sobre todo cuando se hace de manera consciente, como parece que lo has hecho. E insisto, creo que no me lo merezco.
Hace tiempo me dijiste algo que alguien te hizo, y sigo pensando en voz alta, y suponiendo muchas cosas, has hecho lo que te han hecho a ti.
Bueno, lo dejo aquí, no quiero seguir diciendo más cosas que sólo sirven para que me envenene más.
Sólo me queda por decirte, que ojala encuentres tanta paz, como dejas, y piensa en lo que has hecho, porque quien a hierro mata, a hierro muere.